Nick Weymouth de Queen Online me preguntó el otro día si fui a Wembley en el año '86 para ver a Queen y, si lo había hecho, ¿cuánto recordaba?
Pues... efectivamente estuve ahí, y a pesar de mi memoria cada vez más ruinosa, recuerdo MUCHO del concierto que ví, y estoy contento de revivir algo de éste.
El viernes 11 de julio de 1986 era tres días antes de mi 20º cumpleaños, y este concierto iba a ser el único show que viera del Magic Tour. También sería la última vez que viera a Queen en concierto, pero ¡no hagamos hincapié en eso! Tres semanas después me ofrecerían una entrada para el show en Knebworth, tan sólo a unos 30 kilómetros de mi casa, pero fue con tan poca anticipación que no pude conseguir el día libre en el trabajo, estaba escaso de dinero y, para ser honesto, no me atraía la idea de estar amontonado en lo que se esperaba que sería una vasta audiencia excediendo las 200.000 personas; con Queen bien, bien lejos a la distancia, un pequeño punto en el horizonte, era como lo imaginaba. Por supuesto, en retrospectiva, me arrepiento enormemente de esa decisión, pero así es la vida. ¿¡Quién sabía que ese iba a ser el último concierto de Queen!? De todas formas… sí fui a uno de los dos conciertos de Wembley, y fue una experiencia alucinante que me conmocionó en lo más profundo... ¡de nuevo!
No había visto a Queen en vivo desde Wembley Arena en septiembre de 1984, y realmente no podía esperar hasta verlos de nuevo. Se sentía como algo que hacía mucha, mucha falta. No puedo expresar la excitación que tenía dentro y me es imposible describir correctamente ahora como se sentía tener 19 años y estar a punto de presenciar en concierto al grupo que más quieres en todo el mundo. No en TV ni en video, sino verdaderamente en persona… ¡REAL y en vivo, y justo frente a mis ojos y oídos! La perspectiva de ver a esta banda en concierto llenó práticamentee cada minuto despierto de mi vida en los 2 o 3 meses previos. Nunca había sentido algo así hasta entonces, ni desde entonces. De hecho, nada ni remotamente parecido. Fue una experiencia como ninguna otra que se os pueda ocurrir.
La espera terminó. Finalmente, Queen y yo estuvimos en el mismo lugar, en el mismo momento. Repentinamente, después de todos los meses de espera y de contar los días, justo allí, frente a mí en el escenario, está La Banda. Un escenario poderoso; enorme, inmenso, colosal. Esa fue la primera cosa que me impresionó. Un escenario increíblemente grande, y luces, y equipo, y seguramente un escenario demasiado grande incluso para que Freddie lo llene. ¡El tiempo lo diría!
De repente, hay humo y sonido y un sentimiento abrumador de que algo inmensamente importante está a punto de suceder; como si un OVNI de otro mundo estuviera a punto de descender, o algún otro evento así de extraordinario. Algo grande es inminente y todos los presentes alrededor mío están paralizados por la escena. Por una vez estoy en el momento preciso y en el lugar indicado. Todos los ojos están sobre el escenario. Más ruido, más humo, enormes expectativas y excitación, y entonces ahí viene el momento titánico cuando todo se presenta a la vez y Freddie salta a escena. Ahí está, Freddie Mercury a 15 metros de distancia, en sorprendente amarillo y blanco. Se ve fantástico, está sonriendo y, como todos los que estábamos allí, ¡está listo para el espectáculo! Brian (oculto) larga los demoledores acordes de guitarra del comienzo de One Vision y diviso a Roger preparándose en la batería.
El ciertamente intimidante poder y el asalto a los sentidos es casi 'demasiado' para mí, en este punto de mi vida. Me está costando recobrar el aliento para sostenerme. Queen está en escena, los cuatro, luciendo brillantemente, una imagen asombrosa y deslumbrante de inmediate, ¡y recién van 20 segundos! One Vision está llenando el lugar, y de nuevo me doy cuenta de que realmente es todo un golpe a mi sistema tener todas estas cosas llegándole a uno, todas juntas a la vez. ¡Tienes que hacer lo mejor que puedas para mantenerte lo suficientemente tranquilo para permanecer conciente! Algunas personas en efecto se desmayan en momentos así.
No estoy exagerando. Durante los primeros 10 minutos de cada concierto de Queen al que asistí, había un período de ajuste; las palpitaciones, la presión sanguínea elevándose, tu corazón latiendo hacia las cercanías de la muerte… el ritmo de tu cuerpo más errático que un reloj roto. Sólo cuando esas cosas se calman hacia algo más cercano a lo normal, puedes comenzar a disfrutar las cosas verdaderamente.
Eventualmente, los sentidos se estabilizan, te vuelves más normal, nuevamente humano, y entonces simplemente TE DEJAS LLEVAR y tratas de capturar cuantos momentos puedas. Freddie, John, Roger, Brian, los aficionados que te acompañan, la compenetración entre público y artista, el ruido y las luces, y la atmósfera como nada que hayas experimentado.
Es bastante extraño recordar estas cosas de nuevo, pero supongo que podría relacionarlo a lo que he visto en TV en años recientes con la saga The X-Factor. Realmente no entiendo por qué, pero muchas de las personas que veo en ese programa, jóvenes y viejas, cuando salen a escena y finalmente se encuentran con Simon Cowell y Cheryl Cualquiera-Sea-Su-Apellido, de repente se quedan atónitos, intimidados, perdidos y sin habla. De repente su Héroe o Heroína, vistos como Gigantes De La TV, Dioses Del Mundo De Las 'Celebridades', están en frente suyo y sencillamente no están equipados para enfrentarse a ellos. Están abrumados y así balbucean sinsentidos inaudibles por un minuto hasta que se recuperan lo suficiente como para continuar. Pues... ese sentimiento es el paralelo más cercano que he encontrado en años recientes para lo que yo experimenté viendo a Queen en vivo en el Estadio De Wembley en julio del ‘86.
Recuerdo tan vividamente los colores brillantes. El cielo, la luz del sol, los fanáticos en sus camisetas y bufandas y carteles y camperas de jean cubiertas con parches, y por supuesto el escenario y las luces y la banda... y la ahora icónica chaqueta militar amarilla y blanca de Freddie.
Estaba lo suficientemente cerca del escenario para ver todo claramente y más grande que la vida misma. Unas 20 o 25 filas atrás, probablemente, pero eso no importaba. ¡Yo estaba allí! Estaba en un concierto de Queen, y nada de lo que me pudiera pasar después podría cambiar ese hecho. Estaba presente en el anteúltimo concierto que Queen hiciera con Freddie en Londres.
Recuerdo Love Of My Life y A Kind Of Magic y las figuras hinchables, y cantar junto a Freddie, y mirar la cara de Brian por la respuesta que logró de los aficionados. Me acuerdo de John sonriendo por varias cosas, y mirar a Roger cantando coros mientras golpeaba los tambores y mantenía el tempo. Recuerdo también a las bandas soporte, las conversaciones pre-show con los fanáticos, y preguntarme si Queen haría alguna canción vieja o algún cover. Hicieron de ambos.
¡Ya fue suficiente! Podría seguir y seguir, y mencionar varias otras cosas grabadas para siempre en mi cerebro, pero ya entienden de que va. Ya han visto el video, probablemente hayan estado allí y comprado la camiseta, literalmente. Los DVDs y CDs están muy bien, pero realmente... como dice la canción de Roger... ¡deberías haber estado allí! ¡Desearía poder estar de nuevo!
Queen en el Estadio De Wembley en 1986 fue realmente una ocasión magnífica. Fue memorable por tantas razones, y estoy tan complacido de haber asistido. Algunos de mis amigos no pudieron ir a un recital de [la gira] Magic, y se conformaron en el hecho de que los verían 'la próxima vez'. Pues bien, por supuesto, ahora sabemos que esa próxima vez nunca llegó. No hubo gira de Miracle en el ’89 ni conciertos de Innuendo en el ’91. Los espectáculos del Magic Tour fueron los más grandes y los últimos. Me siento triste de que tanta gente se haya perdido a Queen en el ’86, pero muchos de nosotros SÍ los vimos, y nunca lo olvidaremos. Queen fue la Mejor banda en concierto que haya jamás visto; la mejor por mil millones de años. ¡Puede haber, y siempre habrá, sólo una!
Live At Wembley Stadium - Edición 25º Aniversario se lanza el 5 de septiembre en DVD doble y DVD doble+CD doble.